Todo era mentira. ¿Te acuerdas cuando hace un mes nos dijeron que se había descubierto una ciudad subterránea debajo de las pirámides de Guiza? MENTIRA. ¿Has oído por ahí que el mitin en el que a Donald Trump le hicieron un piercing en la oreja fue el ÚNICO que la CNN emitió en directo y que, por lo tanto, la CNN sabía cositas? MENTIRA, mira, aquí tienes el resto de mítines de 2024 de Trump que también emitió la CNN.
¿Has visto un vídeo sobre un supuesto chip llamado Nubbin, igualito que el que vimos en la primera temporada de Black Mirror, que dicen que se va a poner a la venta para que podamos revivir sueños y recuerdos? Pues ese chip es tan real como lo de las 700 personas que, según un conocido tuitero, había encerradas en el aparcamiento del centro comercial Bonaire durante las inundaciones de Valencia de finales del año pasado, un vídeo que tuvo unas cuatro millones de visualizaciones y que resultó ser completamente mentira pero, eh, aquí no ha pasado nada.
En este artículo voy a hablarte de un fenómeno que, camuflado entre memes, oculta una realidad muy peligrosa que nadie está denunciando y que forma parte de un plan para mantenernos más ignorantes que nunca. Me refiero a la borrachera histórica de desinformación que campa a sus anchas por internet por culpa de las redes sociales y de algo que he bautizado como gambling informativo.
Fake news: la farsa de la ciudad subterránea bajo las pirámides de Guiza
Pero antes, volvamos al asunto de las pirámides para usarlas como ejemplo de este fenómeno. Aunque lo de la supuesta ciudad sumergida bajo las pirámides ha hecho muchísimo ruido, ¿te has dado cuenta de que una semana después ya nadie hablaba de ello? Hemos asimilado que debajo de las pirámides hay una estructura de dos kilómetros y ya está, hemos seguido con nuestra vida.
El mismísimo Joe Rogan, el comunicador mejor pagado del mundo, dio por buena la noticia porque esto es básicamente de lo que trata el podcast más famoso del mundo: de ver cómo Joe Rogan alucina con cada cosa que le cuentan sus invitados.
Fíjate bien en esta escena que te muestro aquí arriba sacada del episodio en el que habló sobre la ciudad subterránea de las pirámides, el invitado de turno saca el tema y, en lugar de leer el estudio o de hablar con algún experto, se ponen a ver un vídeo de un influencer en el que, presta mucha atención, un dato bastante importante permanece oculto a la vista. Lo que Joe Rogan no nos enseña ni comenta, yo no sé si a propósito o no, es la fecha del estudio: septiembre del 2022, es decir, hace dos años y medio.
El motivo por el que el supuesto hallazgo tuvo repercusión en 2025 es porque sus responsables, dos investigadores italianos que por cierto también son apasionados del estudio de OVNIS (red flag de manual), organizaron en marzo una rueda de prensa de cuatro horas que (sí, estoy enfermo) me he visto completa, y de la que he extraído los suficientes detalles como para saber que nadie con dos dedos de frente podría tomarse en serio el asunto de la ciudad subterránea.
Si ves el vídeo que he incluido al principio de este artículo verás que el nivel de la presentación es, cuanto menos, barato y patético. El rigor de la investigación es tan cuestionable que los investigadores usaron una inteligencia artificial para recrear el interior de las pirámides (y muchas otras informaciones). Además, el estudio no ha sido corroborado por absolutamente ninguna autoridad científica y en la actualidad no hay ninguna investigación en marcha bajo las pirámides.
Gambling informativo: generando adicción a noticias y pseudonoticias
Esta chufla de la ciudad subterránea de las pirámides encierra un problema mucho más grande del que te podrías imaginar. Lee con atención porque esto que viene ahora es un poco loco. A ver, te vas a pensar que estoy desequilibrado pero te pido que me des una oportunidad, mira: para entender qué está pasando aquí tengo que hablarte de palomas.
En los años 60, el psicólogo y filósofo Frederic Skinner hizo un experimento con un grupo de palomas que te resumo a continuación. Reunió unas cuantas palomas, las dividió en tres categorías y las depositó a cada una en tres cajas diferentes con un botón.
- En la caja número 1, como al pulsar el botón no sucedía nada, las palomas perdieron el interés por pulsar el botón.
- En la caja número 2, al pulsar el botón, se abría un compartimento que contenía un trozo de pan. Las palomas pulsaban el botón hasta saciarse, y luego dejaban de pulsar el botón.
- En la caja número 3, al pulsar el botón a veces el compartimento se abría con un trozo de pan, otras veces, con dos, a veces con ninguno, otras veces con cinco trozos de pan y otras veces, de nuevo, al pulsar, el compartimento no traía pan.
Sobredosis de incertidumbre
Pues bien, parece ser que esta aleatoriedad volvió locas a las palomas, y que algunas llegaron a pulsar el botón hasta cinco veces por segundo en periodos de 15 horas sin hacer pausas mayores de 15 o 20 segundos”. Daba igual que estuvieran saciadas. Las palomas querían seguir pulsando el botón y ver cuántos trozos de pan aparecían ahora.
Seguramente ya te has dado cuenta, pero esta excitación, esta sobredosis de incertidumbre tan seductora es el mismo mecanismo que da sentido a todos los videojuegos con cajas de recompensa, a las máquinas tragaperras, a las apuestas, a los Tinders y, por supuesto, a todas las aplicaciones de entretenimiento instantáneo, incluido Twitter.
Y encontrarse con la noticia del hallazgo de una ciudad subterránea debajo de las pirámides es, efectivamente, el equivalente de cinco trozos de pan.
Pero esto no siempre ha sido así.
Hasta hace no mucho, Twitter era una herramienta estupenda para seguir acontecimientos en directo, y un almacén de trozos de pan que nos eran servidos en forma de memes o debates del estilo:
¿Qué prefieres, ganar dos dólares por segundo o dos millones al dia? 52 millones de visitas
Desde que Elon Musk compró Twitter, (a ver, un día contiene 86.400 segundos, la respuesta correcta es la de los dos millones, sigamos con lo importante), decía que desde que este papanatas compró Twitter el panorama ha cambiado, y ahora lo que priman son informaciones como esta, esta o esta: montones de trozos de pan, inyecciones rápidas de dopamina para nuestro cerebro, que no se va a preocupar lo más mínimo en preguntarse si lo que le están contando es cierto o no, porque el cerebro sólo está preocupado en seguir deslizando. En Twitter, nosotros somos las palomas.
Pero que nadie se confunda: el problema no es exclusivo de Twitter. He usado el ejemplo de la noticia falsa de las pirámides para hablar de un concepto, el gambling informativo, que forma parte de un iceberg mucho más grande
¿Y si te dijera que Elon Musk (y todas las redes sociales de entretenimiento ligero) tienen un plan que va mucho más allá de entretenerte con memes de videojuegos y noticias falsas?
Llegados a este punto me veo en la obligación de revelar algo. Si pretendo que este vídeo sea coherente, creo que lo responsable sería decir quién está narrándolo: creo que os lo debo. Llegados a este punto tengo que hacer una confesión: soy periodista.
He sido testigo de excepción de la muerte de la prensa en papel. Seguramente elegí el peor momento posible para licenciarme, justo ahí, cuando la barrita azul empieza a hacerse pequeña: en pleno apogeo de la crisis económica mundial, con la prima de riesgo española en máximos históricos, los periódicos echando a la mitad de sus plantillas y con cada vez más gente cada vez informándose sólo con titulares de Facebook. Desde que apareció internet, mi profesión ha volado por los aires y siempre he tenido dos opciones: llorar o adaptarme.
Quince años después, la gente sigue leyendo cada vez menos, los periódicos tienen muro de pago y hace dos semanas me despidieron a mí junto al departamento al completo de colaboradores de la delegación española de una revista que, para evitar problemas, no mencionaré y que simplemente llamaremos el Cucufloros Geographic. Durante tres años fui redactor freelance, fotógrafo freelance y traductor freelance.
Si sumamos todos los medios para los que he colaborado nos da para un kiosko entero. Y en todos siempre se repetía la misma ley suprema: cuando un jefe rechazaba mi propuesta de reportaje lo hacía porque no era un tema lo suficientemente nuevo, diferente, sorprendente. Tiene todo el sentido del mundo, pero ahora las redes sociales están multiplicando esta ley suprema hasta extremos inadmisibles.
Mira, por ejemplo, OkDiario, el 5º periódico digital más leído de España, un medio al que le da todo completamente igual y que te saca una noticia asegurando que los billetes de 50 euros van a desaparecer, para luego decir, mucho más abajo, que “tenemos que aclarar que no van a retirar todos los billetes de 50 y que la retirada afecta sólo a aquellos que han sido manchados. Pero da igual, porque tú ya has hecho clic.
Desde que Elon Musk compró Twitter, todos los críticos parecen obsesionados en su amistad con Donald Trump, haciendo que otro problema igual o más grave apenas reciba atención: la red social ha multiplicado la presencia de contenidos tan falsos como la tontería esta del billete de 50 euros o lo de que el nuevo documento de identidad español es una herramienta para controlarnos. Y sin clic. Independientemente de que te lo creas o no, leyendo ese tuit ya has contribuido a que siga expandiéndose.
Mira, necesitas entender algo. Se equivocan los que piensen que las redes sociales te muestran contenidos que te gustan o que te interesen: a las redes sociales sólo les importa mostrarte contenidos que despierten emociones en ti, independientemente de que estas sean positivas o negativas.
Mira esta chica que te muestro en la imagen, nos dice que ayer conoció a este chico y que terminó en su casa y que hoy el gato del chaval la ha despertado. 40 millones de visitas. ¿Es real esta historia? ¿Y qué más da? A la gente lo que le gusta es el relato. Si el algoritmo de Twitter nos muestra un sinfín de historias que vete tú a saber si son ciertas o no es porque tienen un relato muy poderoso o, dicho de otro modo, porque estas publicaciones han tenido más clics, comentarios, retuits, etc. Incluso si no has comentado o si no le has dado al corazoncito, tu atención ha pasado más segundos fija en esta basura. La gente no está enganchada a TikTok: la gente está enganchada a deslizar el dedo del mismo modo que las palomas estaban enganchadas a pulsar el botón, y si aparece algo lo suficientemente poderoso como para que dejes de scrollear, la app empezará a darte más trozos de pan de ese sabor.
¿Sabes qué pasa cuando leemos que, por ejemplo, los españoles necesitan un pasaporte para poder acceder a ciertos contenidos de público adulto y que tendrán un límite de 30 usos al mes? Pues cinco trozos de pan. Eso es lo que pasa. ¿Resultó ser cierta esta noticia? Evidentemente, no. En las redes sociales lo que prima es el relato, y la verdad es una molestia y algo completamente secundario.
El nuevo algoritmo de Elon Musk otorga un peso salvaje a contenidos noticiosos que contengan un relato, y nos son presentados en forma de inyecciones de dopamina rápida y camuflados entre acontecimientos igual de sorprendentes pero, por desgracia, ciertos, como lo del helicóptero que se estrelló en el río de Nueva York matando a una familia entera o lo del chaval de 26 años que mató al CEO de una compañía farmacéutica.
Que casi todos usemos redes sociales y el hecho de que todos llevamos una cámara de vídeo de alta definición en el bolsillo ha provocado una catarata incesante de vídeos con acontecimientos extraordinarios entre los que se cuelan noticias falsas, pero igual de extraordinarias. Nunca fue más difícil saber qué es verdad y qué no, y gente como Elon Musk no ayuda.
El propio Elon Musk (un hombre que ha llegado al extremo de explicar cómo saltarse el muro de pago del New York Times) se enorgullece con mucha frecuencia de que Twitter sea usado como fuente de noticias.
¿Sabías que Elon Musk, un tipo que es más malo que una diarrea en casa ajena, redujo la visibilidad del tuit del tráiler de GTA 6, porque al niño no le hizo gracia que Rockstar publicara el vídeo en exclusiva en Youtube y no en X? Como te voy a demostrar en este vídeo, Elon Musk tiene la capacidad de manipular el algoritmo informativo a su antojo cual Führer, y no lo digo yo: según ha demostrado el New York Times esta misma semana, Elon Musk ha destrozado el alcance de todas las cuentas que alguna vez hayan hablado mal de Elon Musk. Y nosotros, obedientes palomitas,a cada día que pasa entre todos le estamos dando cada vez más poder a este personaje como gestor mayoritario de cómo se informa la gente en internet.
Pero, insisto, el problema del gambling informativo va mucho más allá: ¿Qué hacemos con aquellos que sólo se informan viendo canales de Youtube? ¿Qué hacemos con el 45% de jóvenes de la Generación Z que, según la revista Fortune en lugar de usar Google usan el buscador de TikTok como si fuera Google.
Pero espera, porque hay más. También desde la llegada de Musk los HIT TWEETS se han vuelto habituales. Esto es: gente que con poquísimos seguidores publican alguna ocurrencia y de la noche a la mañana se vuelven ‘famosos’ y creen que su vida está a punto de cambiar por completo. ¿Sabes lo que hacen la mayoría de estos usuarios tras publicar su mega tweet? Responderlo con un enlace a su tienda de obras de alfarería, a su disco o a su lo que sea que tengan entre manos. ¿Sabes lo que nunca hacen? Meter el enlace en el propio hit tweet.
Hay un motivo.
Mira estas dos imágenes de aquí arriba: es una comparativa de cómo lucían antes los enlaces en Twitter y cómo son ahora en X. Primero, eliminaron el titular que acompañaba a los enlaces. Durante un tiempo, poner un enlace en Twitter era el equivalente a poner una fotografía. Después, tras las críticas de los usuarios, que decían que no podían saber si eso era una imagen o un enlace a una noticia, simplemente añadieron al enlace una diminuta línea de información camuflada.
Nada de esto es casualidad, y tengo pruebas. Mira, vamos a hacer un experimento. Abre Twitter y fijate en cuantas publicaciones te aparecen que contengan un enlace externo. Es por eso por lo que, cuando yo tuiteo mis vídeos, no incluyo enlace a Youtube, porque si en Twitter incluyes un enlace externo se reducirá la visibilidad considerablemente la visibilidad de ese post porque hacer clic en ese enlace significa abandonar Twitter. Instagram y TikTok no permiten la publicación de enlaces, y Youtube incluso te avisa de que estás a punto de abandonar Youtube cuando pulsas un enlace externo.
Es por esto por lo que Twitter ya permite publicaciones de hasta 25.000 caracteres y es por esto por lo que los hilos triunfan tanto. Este, por ejemplo, sobre cuánto cuesta realmente fabricar unas zapatillas, lo vi hace unos días y me pareció prácticamente un reportaje. No le falta absolutamente nada. Y esto está pasando en cada plataforma: pretenden darnos una perturbadora mezcla de información y entretenimiento para tenernos atrapados el máximo tiempo posible. Para que sientas que no necesitas ninguna otra fuente de información.
A mí, un periodista de 37 años, me han echado del Cucufloros Geographic (o mejor dicho, no me han renovado) porque pretender que alguien invierta 10 o 15 minutos en leer un reportaje sobre el drama de los 100.000 ciudadanos desaparecidos que tiene México se ha convertido en un desvarío, una utopía, porque internet, porque inyecciones rápidas de dopamina, porque la inteligencia artificial…. no les culpo. Tenemos que jugar con las cartas que nos dan, y sólo existen dos opciones: llorar o adaptarnos
La inteligencia artificial es un invento nefasto si se utiliza para ilustrar informaciones científicas o periodísticas que, bajo ningún concepto, deberían mostrarnos imágenes que no se correspondan con la realidad. Que nos expliquen la existencia de una ciudad subterránea con imágenes falsas es una vergüenza. Pero no podemos negar que la inteligencia artificial es un invento maravilloso con muchísimos usos que nos hacen avanzar como sociedad. Personalmente, aquellos que reniegan de la IA en su totalidad me recuerdan a los que en su día dijeron que lo de tener un teléfono móvil no iba con ellos, o que lo de enviar “emilios” está muy bien, pero que ellos preferían seguir escribiendo cartas.
Hablando de IAs, la empresa responsable de ChatGPT ya planean lanzar su propia red social porque a Twitter y Facebook les va de maravilla con eso de tener un depósito casi infinito y constantemente actualizado de información actual para alimentar sus propias IAs, Grok y Llama.
¿Lo ves? ¿Ves como esto va mucho más allá de simplemente ofrecer información? Cuando empecé a estudiar periodismo, en la facultad nos decían a todos que nos teníamos que abrir un blog, que los periódicos no hacían más que abrir blogs porque los blogs eran el futuro. Luego pasó lo mismo pero con el formato vídeo, luego vinieron los tuits, los shorts, la tendencia es ir hacia lo más pequeño, hacia lo más breve. Ni un segundo que perder.
Como sucede con el supuesto chip este que te comenté al principio, parece cosa de Black Mirror, pero esta vez estamos hablando de algo real y que está pasando ya: justo después de ver los últimos momentos de vida de un soldado que es perseguido por un dron, la misma aplicación me enseña a alguien abriendo sobres de cartas cartas Pokémon.
Esto de consumir en un mi smo contexto un puñado de memes, mentiras y noticias falsas mientras entremedias leemos sobre el número de muertos esta mañana en Gaza o que un avión tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia porque se le coló un conejo en el motor… este gambling informativo que hace que el siguiente golpe de pulgar nos muestre los últimos segundos de vida de una persona, o a Spider-Man desayunando, o la última actualización de los aranceles de Trump a China o a una indignada que afirma que ese vídeo de Katy Perry en el Espacio es completamente falso, 14 millones de visitas, cuidado, y otra indignada que le responde que por supuesto, que Katy Perry nunca podría haber ido al espacio porque a esa altura es imposible sobrevivir a la temperatura del sol….este océano de desperdicios que dejan tras de sí las noticias falsas, los acontecimientos dudosos, esta certeza de que vivimos en un mundo con cada vez menos certezas y en el que la realidad depende de cuantas reacciones tenga una publicación… llámese Twitter, TikTok, Instagram o Youtube shorts…¿de verdad podemos permitirnos que la sociedad pretenda informarse en este pegajoso barrizal de ignorancia y locura en el que le damos voz a personas que afirman que la tierra es plana o que el hombre nunca pisó la luna porque la teoría de la conspiración es, para nuestros generadores de dopamina, un relato mucho más seductor que el oficial?
Esto es un win-win en el que todos ganan, menos la búsqueda de la verdad. Las cuentas de Twitter y los Joe Rogan de la vida que difunden esta basura salen ganando, porque han generado contenido, clics y cucufloros. Twitter gana, porque te ha entretenido, te ha inyectado dopamina y a ti lo de las pirámides ya se te habrá olvidado para mañana, porque mañana alguien llamado William Banks va a grabarse mientras se escapa de prisión, y durante días nos hará creer que vive como un fugitivo, que una chica se ha enamorado de él y que se se están recorriendo américa de motel en motel, para luego anunciar un evento en el que supuestamente será detenido, la gente lo llenará todo con mensajes de PRAY POR WILLIAMS BANKS y al final todo habrá sido un experimento sociológico. Sí, si, como aquello que hizo Joaquín Phoenix cuando le dio por dejarse barbas y hablar raro, pero un experimento sociológico publicado en la misma plataforma que, en teoría, su creador quiere que usemos para informarnos. El vídeo de la falsa huída de prisión de William Banks tiene 21 millones de visitas y el mensaje aclaratorio de qué era cierto y qué no, apenas 200.000.
Hoy las redes sociales son una lacra que no premian la verdad, sino el relato. Quizás tú y yo estemos vacunados de esta lacra pero, ¿te has parado a pensar en lo que debe sentir un chaval de 12 o 13 años que se asome por primera vez a este manicomio de realidad distorsionada en el que se ha convertido internet?
¿Qué podemos hacer para combatir la desinformación?
¿Y si te dijese que hay medios de comunicación que no han publicado absolutamente nada, ni una línea, sobre el asunto este de la ciudad sumergida bajo las pirámides?
Sí, lo sé, ahora es cuando me toca abrir paraguas. Es verdad, El País publicó en portada una imagen de un falso Hugo Chávez muerto. El País, ese mismo adalid del libre pensamiento que acaba de lanzar un suplemento de china elaborado por un medio de comunicación al servicio del partido comunista chino, sí, ese El País, y ese El Mundo, El Español, El Confidencial…. los medios de comunicación serios, los periodistas serios, no son infalibles, la mayoría tienen intereses ocultos, son esclavos de sus anunciantes y accionistas pero, por desgracia, son lo único que nos quedan.
Llámame loco, pero prefiero informarme con una mezcla de periódicos imperfectos que con una plaga de criptobros sedientos de likes con tal de monetizar.
Mientras grabo este vídeo leo que un grupo de supuestos fabricantes chinos de bolsos se ha puesto en pie de guerra contra las marcas de lujo por culpa de los aranceles de Trump y que han empezado a revelar cuánto dinero cuesta realmente un bolso de Louis Vuitton. Mira, no seré yo el que defienda a las marcas de lujo, creo que ya lo dejé bastante claro en este vídeo sobre los calcetines de 700 euros. Pero esto que nos cuenta un tuitero con una foto de perfil generada por IA y un hilo de tuits claramente traducidos automáticamente, esto no es periodismo. Las falsificaciones perfectas existen desde hace décadas y, en este caso, lo único que tenemos aquí es la palabra de una serie de fabricantes que a saber qué buscan en realidad (¿me estás diciendo que han decidido unilateralmente cancelar sus contratos con Hermes, Gucci y compañía?). Mira, aquí tienes a uno de los más conocidos, ahora vendiéndote un coche. Yo no digo que no te creas nada. Simplemente te pido que dudes, que no abraces cualquier teoría simplemente porque parezca salirse de la corriente mainstream.
Ya lo dijo el grupo español Camela: de lo que ves, creete la mitad. De lo que no ves, no te creas nada. O mejor expresado aún: “El problema de robar citas en internet es que nunca sabes realmente si son ciertas o no”. Abraham Lincoln.
Y ojo cuidado, que nadie se confunda: lo que yo hago en este canal tampoco es periodismo en este canal. Sólo hablo sobre asuntos que me interesan, mezclando datos y opinión. Los vídeos de mi canal son cortos, (bueno, este se me ha ido un poco de las manos, pero suelen ser cortos, intensos y poco frecuentes porque pretendo respetar el tiempo de las personas.
El objetivo de Twitter (y del resto de fábricas de dopamina) no es el de ofrecer una información veraz, es que no sueltes el teléfono. Y, para eso, el descubrimiento de una ciudad subterránea funciona mucho mejor que un artículo del National Geographic en el que se segura que toda esa basura es un bulo sin fundamento que no cuenta con ningún respaldo y que no ha sido publicado en ninguna revista científica seria. El gambling informativo podría acabar con todos nosotros y tenemos dos opciones: llorar o adaptarnos. Llorar o seguir consumiendo el máximo número de medios de comunicación serios, radios, telediarios… leer libros, ejercer el pensamiento crítico, debatir, y por supuesto ver los vídeos de (pero no solo) TrendingTony.