Unas pantallas de 33 millones de píxeles que, según nos decía Samsung, nos presentarían una nueva realidad. Pero HUBO un problema: el ojo humano no es capaz de apreciar la supuesta mejora que nos da esos 33 millones de píxeles.
Una resolución que, según Sony, nos traería videojuegos en 8K. Pero HUBO un problema: Sony terminó borrando el logotipo de 8K de las cajas de las consolas.
Una tecnología que, según nos dijo LG en 2019, iba a cambiar el mundo del entretenimiento para siempre. ¿El problema? Si hoy te vas a la web de LG y buscas 8K, te vas a encontrar con un DESCAMPADO, perdón, con un montón de modelos que se han dejado de fabricar. De hecho, sólo tienen uno a la venta, el que sacaron en 2024.
¿Pero qué ha pasado? ¿Pero no nos dijeron que el 8K era el futuro? En este artículo (que también puedes consultar en formato vídeo) te voy a explicar por qué NADIE debería comprarse una televisión 8K y por qué considero que son la mayor estafa que el mundo de la tecnología nos ha intentado colar en la historia reciente.
¿Cuándo se presentó la primera televisión 8K?
Hace trece años, en el 2012, Sharp presentó el primer panel 8K de la historia. Pero Sharp tenía un problema: el mundo aún no estaba preparado para esta tecnología. En el fondo, esto simplemente era una estrategia para conseguir publicidad gratuita; una técnica similar a la de aquella vez en la que Ryanair dijo que estaba estudiando la posibilidad de que sus pasajeros viajasen de pie, o lo del reparto con drones de Amazon.
Un truquito de marketing que deberías conocer: no importa que al final no termine sucediendo ninguna de estas cosas: los periódicos y las televisiones ya le han dedicado algo de espacio y tiempo a tu empresa, y esto ayuda a crear asociaciones en nuestro subconsciente, Amazon: rápido, Ryanair: barato, Sharp, a la vanguardia tecnológica.
Habría que esperar algunos años más para el desembarco definitivo: “Los primeros televisores a resolución 8K ya están aquí”, nos decía el periódico El Mundo en agosto de 2018.
Si en una pantalla 4K caben cuatro pantallas FullHD, en una pantalla 8K caben 16 pantallas Full HD y a nuestros ojitos lindos les gusta el detalle, el enfoque, pero hasta cierto punto, claro. Los 8K no han triunfado porque el mundo no estaba preparado y, posiblemente, jamás lo esté. Por mucho que se empeñasen, la diferencia apenas es apreciable.
Mira, déjame contarte algo que NO mucha gente sabe: Fíjate en todos estos modelos de televisiones 8K:
¿Ves lo que tienen todos en común, aparte de unos precios ridículos (que es, por cierto, otro de los motivos por los que nadie compra 8k: porque si el precio no baja nadie compra 8k, pero si nadie compra 8k el precio no baja, pero si el precio no baja nadie compra 8k)?
Todos tienen una G, la peor clasificación posible de eficiencia energética. Se calcula que una televisión 8K consume en 4 horas lo mismo que un frigorífico todo el día. La cosa fue tan grave que a finales del 2022 las noticias hablaban de una posible prohibición de las pantallas 8K en Europa porque a los fabricantes les era imposible cumplir con los requisitos de consumo que entrarían en vigor en marzo de 2023.
Pero ¿qué ha pasado? porque yo esta captura de pantalla la he hecho esta misma mañana. Pues ha pasado que como para los fabricantes retirar de las tiendas las teles 8K NO era una opción, sus lobbys ejercieron presión en los políticos. Llegó marzo y la Unión Europea simplemente se relajó y dijo que bueno, que tampoco pasa nada, que os dejamos que vendáis las televisiones, pero aseguraos de que tengan el modo Eco activado por defecto y que sea el usuario el que lo desactive. Y ni por esas han conseguido subir las ventas de pantallas 8K.
2019: la maquinaria promocional del 8K se pone en marcha
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fueron el pistoletazo de salida, la excusa, para que en el 2019 se pusiera en marcha la maquinaria promocional de las televisiones 8K:
Sony, LG y compañía presentaban sus gigantescos modelos futuristas, aquello no eran televisiones eran artefactos venidos del futuro y con forma de nave espacial, Rakuten anunciaba que se disponía a lanzar un servicio de streaming en 8K (que nunca salió) y que dios me perdone si yo soy tonto porque tú, no lo sé, pero yo, yo no soy tonto y en el Black Friday de 2019 de Mediamarket, el primero con televisiones 8K, ya había modelos con hasta mil cucufloros de rebaja.
El momento es ahora.
¿Te acuerdas cuándo decían que las televisiones 4K eran una utopía?, nos preguntaba Samsung Chile en un artículo en el que nos confirmaron que el 8K ya era una realidad. Pues sí, y también me acuerdo de cuando las televisiones 8K fracasaron en ventas, porque es lo que lleva pasando desde que salieron.
Cinco años después, el panorama es más triste que el capítulo especial del funeral del padre de Pingu: los modelos 8K apenas suponen un 1% de la venta mundial de televisiones, y Samsung es prácticamente la única empresa que sigue sacando modelos nuevos.
Mira, necesitamos entender algo importante sobre cómo funciona la economía: imagina que una empresa, no sé, Samsung por ejemplo, imagina que Samsung registra unos beneficios de 6800 millones de dólares en tres meses. Pues imagina que, a pesar de ello, la empresa tenga que pedir perdón (como pasó hace poco), porque los analistas esperaban que fuesen a ser 900 millones más. Pues esto es lo que hay detrás de las televisiones con pantallas curvas, de las televisiones con tecnología 3D y, por supuesto, de las televisiones 8K.
Siempre habrá una nueva golosina nueva a la vista porque la razón de ser de la economía de consumo compulsivo no es satisfacer necesidades, sino generarlas: ¿tienes una televisión perfectamente funcional? Vale, felicidades, ¿pero cómo de puros son los negros de tu pantalla? Ah, vale, que dices que son negros más negros que aquel bonachón come moscas de la Milla Verde, vale, pero a que no tu televisión no es capaz de doblarse? Pues necesitas una televisión que se doble y que se vea por los dos lados, y lo sabes. Eso es (o fue) el 8K: la nueva golosina que nadie necesitaba. Pero tenían que intentarlo, claro. ¿Cómo no iban a intentarlo si les salió bien con el HD Ready, el Full HD y el 4K?
FULL HD Vs. 4K Vs. 8K
Las primeras televisiones FULL HD se lanzaron a mediados de la década de los 2000 y la verdad es que le pusieron gafas al mundo. La mejora de calidad era INCUESTIONABLE porque el número de píxeles en pantalla se duplicó de uno a dos millones. Luego aparecieron las primeras televisiones 4K en el 2013, y nos las presentaron como una especie de opción gourmet: 8 millones de píxeles que hacen que todo se vea un poco más claro, sí, pero tampoco nos volvamos locos: es probable que mi abuelo no note la diferencia. ¿Ves cuál es el problema, no? Que ahora las 8K tengan 33 millones de píxeles da bastante igual porque el chicle dentro de poco no se podrá estirar más: la realidad es una, y ya la vemos lo suficientemente bien.
Existe hasta un estudio hecho por la Warner Bros que confirma que la mayoría de los consumidores son incapaces de notar diferencia alguna entre 4 y 8K. Pero ¿sabes cuál es la paradoja última de las televisiones 8K? Nos dicen que la mejora sólo es apreciable en pantallas de 85 pulgadas o más, pero que para notar la diferencia, tienes que acercarte 2 metros o menos. ¿Qué sentido tiene eso?
La resolución FULLHD nació para satisfacer las necesidades del usuario, pero el 8K nació para satisfacer el hambre sin límite de las corporaciones. El simple hecho de que todas las reviews de los canales de tecnología de Youtube incluyan una larguísima comparativa a ciegas es ya es un indicativo evidente de que no, no necesitamos 8K. Si el FULL HD es un bocadillo, el 4K es caviar, y el 8K es un bar de esos en los que te sirven aire con sabor a fresa.
Apenas existen contenidos en 8K
Pero esa sólo es la primera parte del problema. La segunda parte es el pequeño detalle que hace que comprarse una pantalla 8K carezca completamente de sentido: apenas existe material con el que medir la calidad de los 33 millones de píxeles de las pantallas 8K. O, dicho de otro modo, la gran mayoría de lo que veas en tu tele 8K se verá igual a como se vería en una de menos resolución.
Si buscas contenidos en 8K en Youtube vas a encontrarte con dos tipos de vídeos: vídeos de tucanes (con unas miniaturas sobresaturadas, por cierto, cuando la resolución no tiene absolutamente nada que ver con el color) y canales de tecnología tratando de descubrir si de verdad merece la pena una pantalla 8k frente a una 4k (sí, merece la pena si en una película tu prioridad es que los edificios del fondo se vean un poquito más afilados). Ah, también te vas a encontrar a un gato en 12K y a un TUCANEJO en 16K.
Y fuera de Youtube el panorama es igual o peor. Prácticamente no existen contenidos en 8K porque grabar en 8K requiere una inversión gigantesca en infraestructura (piensa por ejemplo en las cámaras, en las tarjetas de memoria para guardar archivos gigantescos que luego tendrán que ser editados en ordenadores potentísimos y por no hablar del ancho de banda que necesitaremos para ver streaming en 8K y todo, ¿para qué?: que sí, que ahora si me fijo hasta casi puedo verle las ideas a Pingu pero, ¿merece la pena?
Lo mismo pasa con los Blue-Ray o con el formato que sustituirá a los Blue-Ray 4K. Acuérdate de este vídeo, por favor, cuando salgan los Blue Ray 8K: ES TODO MENTIRA. Si fuésemos uno de esos canales especializados en tecnología, ahora sería el momento de mancharlo todo con nomenclaturas y abreviaciones. ¿Ves todas esas ediciones Ultra 4K tan bonitas? Pues ahora sería el momento de hablar del concepto de reescalado, y de cómo muchas de esas películas en realidad no vienen con una resolución 4K nativa, sino que te están vendiendo un vídeo 2k o 1080 reescalado.
Que si algo no se ha grabado con una cámara 4K, lo que estás viendo son píxeles inventados, sacados de la nada. Que en realidad todo es un truco para hacerte creer que ahora sí, de verdad, que todos estos formatos estuvieron bien, pero que esta es la edición definitiva que siempre se mereció El Padrino.
Con las televisiones ha pasado como con las cámaras réflex y los teléfonos: nos estuvieron vendiendo durante años la cantinela de que cuantos más megapíxeles, mejor, y lo cierto es que en una cámara el número de mega píxeles hace tiempo que dejó tener importancia alguna. A no ser que estés planeando imprimir lonas publicitarias del tamaño de un estadio olimpico, no necesitas más megapíxeles en una cámara. A no ser que estés planeando instalar una pantalla delante de ese estadio, no necesitas más KAS en una televisión.
Si alguna vez has ido a la sección de televisiones y has pensado: wow, esa 4k o esa 8k se ven mucho mejor que la tele de mi casa, hay un motivo. Lo que mucha gente no sabe todavía es que hoy en día el factor más importante en una televisión ya no es la resolución, sino la tecnología de visualización.
Según esta web especializada en televisiones “se puede obtener una calidad de imagen significativamente mejor con un televisor OLED 4K asequible que con un televisor LCD 8K caro. En el caso de los LCD 4K (miniLED, QLED o ULED), los sistemas de atenuación por zonas miniLED más avanzados ya ni siquiera se encuentran en los modelos LCD 8K; se encuentran en los modelos LCD 4K”.
Lo curioso es que lo que hemos visto en los últimos años ha sido un mayor desarrollo de televisiones 4K: mayor brillo, mejor HDR, modos de juego con mayor tasa de refresco, mejora del angulo de vision, mejores procesadores y reescalado… pero muy pocas mejoras en teles 8K.
¿Merece la pena el 8K en videojuegos?
El de los videojuegos es el único campo en el que el 8K podría tener algo de sentido en un futuro lejano: como estamos más cerca del monitor, sí que podríamos apreciar detalles mucho más vitales para el jugador que resultan de poca importancia para el espectador de películas. Ahora bien, teniendo en cuenta que todavía estamos peleándonos por conseguir correr a 60FPS juegos a 2K, hablar de gaming a 8K en el año 2025 se presenta como algo poco ridículo.
Después de que el año pasado Sony borrase silenciosamente el logotipo 8K de la caja de la Playstation 5, muchos se pensaron que se trataba de una estrategia publicitaria para ofrecer 8K solo en el modelo Pro. Pero lo cierto es que a día de hoy sólo hay tres juegos de PS5 compatibles con resolución 8K y una tasa de imágenes por segundo considerablemente menor que ralentiza la experiencia de juego y hace que los 8K no tengan mucho sentido.
El mayor aporte de las pantallas 8K es que han ayudado a bajar los precios de las de 4K. El fracaso de las pantallas 8K es una buena noticia. Aunque los 8K todavía podrían alzarse como la opción mayoritaria en un futuro lejano, está claro que los fabricantes de televisores sobrestimaron su influencia en el mercado y subestimaron a los consumidores: no, no estamos dispuestos a tragarnos cualquier tontería simplemente porque venga con una pegatina dorada nueva con un numerito más alto que el anterior.
Donde por desgracia quizás lo tengamos algo más complicado es en el mundo de la alimentación, porque aquí las novedades muchas veces son algo más mentirosas y, encima, se presentan de forma silenciosa, camuflada en la lista de ingredientes. Aquí te dejo este vídeo sobre los secretos incómodos de la industria alimentaria que te recomiendo que veas si quieres conocer la verdad de muchos de los alimentos que le estás metiendo a tu organismo.